En 1751 obtiene el doctorado en teología, aunque la ortodoxia de su tesis le acarrea algunos problemas.
Alrededor de 1763 emprende grandes reformas públicas que transformarán la ciudad.
Entre sus amigos más célebres se contaban: Turgot , André Morellet y Voltaire.
Brienne que, hacía tiempo, había sido nombrado arzobispo de Sens, se encuentra ahora enfrentado a una oposición casi general; se le obliga a disolver la Corte plenaria que había creado para reemplazar al parlamento y tiene que prometer la convocatoria de los Estados Generales; pero estas concesiones no son suficientes para que se mantenga en el poder, y el 25 de agosto de 1788 se retira.
El 15 de diciembre es nombrado cardenal y vuelve a Italia donde pasa dos años.