Aerosol (medicamento)

Los aerosoles permiten la administración de medicamentos por vía inhalatoria.

El tamaño de las partículas suspendidas determina la profundidad que alcanzarán en el árbol respiratorio:[1]​ La administración inhalatoria de medicamentos permite aplicar a nivel pulmonar medicamentos que no se absorben bien a nivel gastrointestinal o aquellos que se eliminarían antes de llegar a la zona donde deben actuar.

[1]​ Para una administración correcta de un aerosol medicamentoso es importante utilizar la técnica adecuada, coordinando la generación del aerosol con la inspiración.

En algunos casos esta coordinación puede no ser posible, como en caso de pacientes ancianos, niños o dependientes, por lo que se pueden utilizar cámaras de inhalación para facilitar el proceso y que, además, retendrían las partículas de mayor tamaño, reduciendo la sedimentación en la zona oral.

[1]​ Se conocen numerosas clasificaciones, en función del parámetro utilizado para las mismas:[2]​ Los principios activos que pueden vehiculizarse en esta forma galénica son numerosos: Su uso por vía inhalada orienta hacia las patologías que se beneficiarían del tratamiento con los aerosoles:[3]​

Dispositivo para administración de medicamentos por vía inhalatoria.