Después de vivir en Florencia, se trasladó por algún tiempo a París, donde residió y realizó trabajos.
Muchas de las piezas del conde Marazzani se encuentran ahora en colecciones privadas tanto en Italia como en el Perú.
En mayo del 2000, las Galerías Sladmore de Londres, en una muestra dedicada exclusivamente a esculturas ecuestres "The Equestrian Show", presentó, entre otras, una pieza fundida en bronce.
Nunca se ha podido saber la verdadera causa que motivó el viaje a Perú, pero siempre se dijo, en círculos de la familia, que fue por sugerencia del conde Giuseppe Giacometti, primo de Marazzani, quien había formado una familia en Lima, casado en 1886 con Victoria Soyer Morote, quien tenía un hijo.
La figura mide ocho metros y medio de altura, mostrando al libertador en actitud hacia el pueblo y con la bandera nacional oprimida contra su pecho, como si estuviera pronunciando las históricas palabras que sellaron la independencia del Perú, las cuales están grabadas en un escudo de bronce que adorna el pedestal.
Posteriormente se le solicita otro monumento, esta vez para inmortalizar a un personaje público muy querido de los peruanos, el pintor Ignacio Merino, artista activo durante la primera mitad del 800.
Seguidamente, es probable que su suerte comienza a abandonarle nuevamente, no se sabe bien si por causas políticas o de otra índole, cae en desgracia y pierde los favores de aquellos que le ayudaron en los primeros tiempos.