Estaba muy cerca del barco (tan cerca que se le hubiera podido disparar con un cañón) y pudo ser observada por unos quince minutos, dejando a Giglioli hacer observaciones muy detalladas.
La ballena era muy similar a un rorcual de unos 60 pies (18 m) a lo mucho con un cuerpo alargado, pero la diferencia más notable era la presencia de dos aletas dorsales grandes con aproximadamente 6.5 pies (2 m) de separación.
Aun así, los científicos probablemente la clasifiquen dentro de los Balaenopteridae, grandes ballenas barbadas.
La ballena pudo haber sido una mutación genética, similar a los humanos nacidos con polidactilia.
Dado el presunto tamaño (60 pies) y características (se parece a un rorcual), es extremadamente improbable que tal especie no haya sido atrapada (e informado) por los balleneros comerciales modernos.