[12] Diana pidió además a Paul Burrell, su mayordomo, que se tomase el día libre (Burrell había recogido a Bashir en su coche y lo había introducido en el edificio cubierto con una manta en varias ocasiones en el mes de octubre, durante la preparación de la entrevista).
La presencia constante de la prensa y el foco mediático sobre ella la hicieron verse como «un buen producto que se coloca en el estante... y la gente hace mucho dinero contigo».
Diana se sentía incómoda por ser el centro de atención, descubriendo a su vez una gran empatía por aquellos que habían sido «rechazados por la sociedad».
Diana declaró sentirse en una posición única al ser la esposa separada del príncipe de Gales, afirmando lo siguiente: «Lucharé hasta el final, porque tengo un papel que cumplir y tengo dos hijos que criar».
Confirmó su aventura extramatrimonial con James Hewitt y expresó haberse sentido herida por la colaboración de él en un libro sobre la relación entre ambos, manifestando también la dificultad que le provocaba tener que hacer frente a la constante presión de los medios, a los que calificó de «abusivos y... acosadores».
Respecto al futuro de la monarquía, declaró: «Creo que hay unas pocas cosas que podrían cambiar, eso aliviaría esta dudosa y a veces complicada relación entre monarquía y público.
[...] Siempre hubo conflicto en ese tema con él cuando lo discutíamos, y yo entendía ese conflicto, porque es un papel muy exigente, ser el príncipe de Gales, pero es un papel igualmente más exigente ser rey».
Birt se había puesto en contacto con los barones Robert Fellowes y Robin Janvrin mientras negociaba el acceso de la BBC a la familia real, declarando que sentía «haber herido a tan buenas personas».
[17][18][15] Según el periodista Simon Heffer, con la exposición de sus problemas matrimoniales Diana tenía la intención de «manipular despiadadamente a la opinión pública y causar cualquier daño que pudiese a su esposo y su familia».
La investigación, llevada a cabo tras la publicación en Mail on Sunday de un reportaje sobre los documentos falsificados,[26] fue liderada por el barón Tony Hall, quien posteriormente se convertiría en director general de la BBC, siendo sucedido en el cargo por Davie en 2020.
[30] El conde Spencer, quien tampoco fue interrogado en 1996, rechazó las disculpas y solicitó una investigación.
[31] Spencer informó a Davie de que poseía grabaciones de sus conversaciones con Bashir las cuales aparentemente probaban que el periodista engañó a Diana con información falsa para ganarse su confianza.
[8][9] Al día siguiente, el príncipe Guillermo hizo público un comunicado apoyando la investigación, a la que definió como «paso en la dirección correcta», declarando que «debería ayudar a esclarecer la verdad detrás de las acciones que llevaron a la entrevista de Panorama y las subsecuentes decisiones tomadas por aquellos en la BBC en la época».
[39] Poco después se acusó al periodista de haber proporcionado a la princesa un documento falsificado relativo a un aborto de Legge-Bourke, lo que habría hecho creer a Diana que la niñera se había quedado embarazada tras mantener un idilio con el príncipe de Gales.
[49] El príncipe argumentó que la entrevista había creado una «narrativa falsa» y que debido a su cuestionable legitimidad la misma no debería volver ser emitida nunca más.
[50] Davie ofreció a mayores «un perdón completo e incondicional» mientras que la BBC redactó cartas de disculpa a los príncipes Carlos, Guillermo y Enrique así como al conde Spencer.
[30][54][55] Davie se dirigió también al equipo de la BBC, declarando que necesitaban «aprender [...] y seguir mejorando».
Pero es importante añadir que la princesa Diana probablemente habría estado de acuerdo en ser entrevistada».
[48][61] A su vez, la ministra del Interior Priti Patel insinuó un posible proceso criminal además de «cambios en la institución, la estructura, la dirección y la resonsabilidad».
[65] Bashir recibió además el Factual or Science Based Programme of the Year por parte del Television and Radio Industries Club, el premio al periodista de TV del año por Broadcasting Press Guild, y el galardón al periodista del año por parte de la organización benéfica Royal Television Society.