Fue hija de Felipe IV con la dama Margarita del Escala.
Tuvo un importante papel en el convento como religiosa,[2] llegaría a ser superiora.
[5] Moriría en 1658 y fue enterrada en el coro del Monasterio de la Encarnación.
Su toma de velo fue ricamente ilustrada por Antonio de Pereda en un magnífico óleo que incorpora a la Virgen María y San Agustín, y sirve como alegoría barroca del hecho.
[6][7] Además cuenta con dos retratos al óleo distintos, en que se la representa en su madurez.