[2][3] El 30 de enero de 1933 se traslada Casa Tortosa, dándole nombre y en 1961 el arquitecto Eduardo Caballero Monrós reforma y decora su local, construyendo escaparates y enlazando sus huecos centrales, destruyendo el diseño original.
[5] En el 2013 fue restaurada por Garab, según proyecto del estudio Moreno y Montero, reconstruyéndose los miradores.
[6] Consta de planta baja y planta principal, está construido con paredes de mampostería de piedra local y ladrillo macizo, con vigas de hierro y bovedillas del mismo ladrillo[7] y es uno de los mejores exponentes del modernismo floral melillense, gracias a su teatral fachada, compuesta por unos bajos bastante alterados que dan paso, por medio de ménsulas en abanico y con caras femeninas, a una balconada con balaustrada que tiene como punto central un saliente semicircular.
Detrás de él que se sitúa una ventana con arco escarzano flanqueado por dos columnas, finalizando con una cenefa y una cornisa que sobresale y que está cerrada por dos miradores, con una preciosa decoración y una magnífica carpintería que termina en un remate ondulante in crecendo que termina en una crestería.
Las pilastras, con detalles ornamentales circulares y líneas verticales que limitan los paños, terminan en vasos de coronación.