Durante la Primera Guerra Carlista se adhirió al bando del infante Carlos María Isidro, hubo de exiliarse y fue embajador del pretendiente en la Corte de Austria, ofreciendo su vida y una cuantiosa fortuna a la causa carlista.
[1] En su juventud sirvió en la Marina Real, realizando numerosos viajes a América y llegando a alcanzar el empleo de Teniente de Fragata.
Se retiró del servicio de la Armada para atender al cuidado de sus numerosas fincas e importantes intereses particulares.
[3][4] Tras haber sido relevado por María Cristina de Borbón mientras esta regía el reino por enfermedad de Fernando VII, emigró a Italia.
[2] En 1834 Carlos María Isidro de Borbón lo nombró embajador suyo en la Corte de Viena, cargo que ejerció hasta fines de septiembre de 1840, haciendo numerosos viajes a España y a distintos puntos del extranjero y desempeñando arriesgadas y difíciles comisiones.