Anteriormente se consideró una subespecie del apalis acollarado.
El resto de sus partes inferiores son de color amarillo y sus partes superiores son verdes.
Las plumas exteriores de su cola son blancas.
No volvió a haber registros suyos hasta que una expedición lo redescubrió en 1998.
El nido es una bola de musgo que construyen al menos a un metro del suelo.