Entonces, la familia Palermo decide tomar el control total del canal e incorporaron a nuevos socios inversionistas.
Su emisión al nivel nacional detonó la renuncia de Alberto Fujimori a la presidencia.
[3] Sin embargo, la familia Mendoza había quedado relegada a un lado y no obtenían ganancias económicas del hecho.
[7] El conflicto provocó que ambas familias dejaran de pagar el alquiler de los estudios del canal 11 a RBC Televisión, que respondió acudiendo a un arbitraje extrajudicial.
Esta decisión fue apelada en diversas instancias por Austral Televisión y CRASA (dueña de Perú TV),[8] en un proceso judicial que continuó hasta 2015 y que concluyó con la devolución de la estación a RBC Televisión.
Sin embargo, terminó siendo un fracaso económico y fue cancelado a las pocas semanas de su lanzamiento.