Su cautividad duró dos años, durante los cuales acompañó a Báthory cuando fue coronado como Rey de Polonia.
Esta época turbulenta de su vida se terminó en 1589, cuando fue invitado a Polonia para servir en la inminente guerra con Turquía.
La guerra finalmente no se declaró, y Balassi volvió a Hungría en 1591.
Durante generaciones circularon manuscritas, y no se imprimieron hasta 1874, cuando Farkas Deák descubrió una copia perfecta en la biblioteca Radványi.
Se puede decir que la literatura húngara no volvió a ofrecer estos niveles de belleza poética y sentimiento apasionado hasta la aparición de Miguel Csokonai Vitéz y Sándor Petőfi, ya durante el Romanticismo.