[2] En 1658 ingresó al monasterio de Montserrat, seguramente como monaguillo para pasar luego a monje.
A continuación se inscribió para cursar estudios de filosofía en Barcelona.
Obtuvo el título de doctor y fue nombrado catedrático en 1676, cuando tenía treinta años.
Por estos proyectos empeoró su situación patrimonial, ya comprometida por las estrecheces financieras de la familia Sala.
[12][13] Si bien al principio el obispo Sala estaba alineado con el partido austracista, desde el año 1700, en que Felipe V de España subió al trono, mantuvo una buena relación con el monarca y su entorno, que se manifestó especialmente en la preparación del juramento de las Constituciones catalanas que realizó el nuevo rey borbón en la catedral de Barcelona.
[14][15] El interés de las altas jerarquías catalanas por la cuestión del cambio dinástico era grande, especialmente por la prudencia que les generaban las supuestas reformas y el supuesto regalismo que estas llevaban implícito, especialmente debido a la influencia pro francesa.
En Barcelona, en 1701, circulaba un folletín titulado Consejos políticos que le dió Luis XIV a Felipe V, que incitaban al nieto del rey Sol, ya como nuevo rey de España, a fiscalizar la Iglesia lo antes posible.
El descontento en sectores importantes del clero, no obstante, se mantuvo, y los cambios borbónicos generaron cierta inquietud al obispo barcelonés Benet Sala y al obispo de Solsona, Joan de Santamaría.
[22] La situación del obispo Sala incomodaba tanto al papa como a la administración austracista.
Ramón Villana-Perlas, secretario de Estado del archiduque, no afrontaba proactivamente la solución a la situación del estado de Sala, por más que en su correspondencia le pide reiteradamente favores para su entorno familiar.
[22] Mientras todavía estaba en Aviñón, el obispo Sala recibió la noticia de su nombramiento, por parte del papa, como cardenal.