Colonizaron la isla entre los siglos II y IV d. C., adaptándose al entorno insular y desarrollando su propia cultura prácticamente en aislamiento desde la caída del imperio romano hasta el redescubrimiento de las islas Canarias por los navegantes europeos a finales del siglo XIII.
En las crónicas normandas sobre la conquista solo se hace alusión a que «solía estar poblada por mucha gente, pero varias veces fueron presos y conducidos en cautiverio a países extraños, y hoy día quedan pocas gentes».
[8] La economía de los bimbaches era principalmente pastoril, con abundante ganado caprino, ovino y porcino.
Las investigaciones arqueológicas han constatado la existencia en época aborigen de por lo menos la cebada.
Los rizomas de helecho, que denominaban haran, eran consumidos molidos y cocidos con leche.
El aprovechamiento de los recursos marinos también estaba presente en la vida del bimbache.
Así, se cogían lapas, burgaos y otros moluscos, destacando los lugares donde los aborígenes acumulaban los restos de su consumo denominados concheros, ubicados tanto en la costa como en el interior.