[3] Sin embargo, las autoridades soviéticas, y especialmente las francesas, estaban interesadas en gestionar los recursos económicos de sus zonas para reparaciones de guerra, y esto frustró las aspiraciones del vicegobernador militar americano Lucius D. Clay para una administración central.
[6] Los franceses también se opusieron a ese programa en tanto que mantenían su oposición a cualquier administración central en Alemania hasta que no se resolviera que el Sarre, Ruhr y Renania no cayeran dentro de esa administración central, por lo que Clay mandó interrumpir los envíos de trigo a la zona francesa el 11 de abril.
Los americanos dedujeron que los soviéticos no estaban interesados en tratar a Alemania como una unidad y por tanto, se sentían liberados de lo acordado en Potsdam y por tanto podían obrar libremente en Alemania ya que los soviéticos no cumplían con lo acordado.
No obstante, semejante plan daba el primer paso hacia la división de Alemania en dos Estados diferentes, consecuencia que los vencedores de la Segunda Guerra Mundial no habían planificado.
[20][21] La fusión permitió ejecutar en la "bizona" la reforma monetaria alemana de 1948 que eliminó el antiguo Reichsmark como circulante y permitió sanear la circulación monetaria con la introducción del marco alemán y unificar la economía de las dos zonas, situación que potenciaba mucho la reconstrucción germana.
Las cuestiones administrativas también se unificaron, siendo que la circulación de trenes y autos, el servicio postal y las leyes civiles quedaron uniformes a lo largo de la Bizona, eliminando las "fronteras internas" entre los sectores fusionados.