Los orígenes del caftán son inciertos, pero se cree que apareció por primera vez en la antigua Mesopotamia.
La mayoría de los tejidos fueron confeccionados en Estambul y en Bursa (Turquía), pero algunos fueron importados desde lugares tan lejanos como Venecia, Génova, Persia, India e incluso China.
Los colores más usados fueron el «azul chino», el «rojo turco», el violeta, el pişmis ayva o membrillo cocido, y el amarillo azafrán.
En Marruecos los caftanes se han adaptado a los tiempos modernos como vestido femenino y difieren sustancialmente de sus equivalentes turcos.
El caftán de Marruecos gracias a sus orígenes tanto persa como andalusí desarrolló especificidades en las principales ciudades, como en Fez (vestido Joher), Tetuán (Keswa Lakbira o Chedda Chamalia) y Rabat (Touqida), y cada una de estas ciudades tiene su propia versión del caftán.
En el siglo XIX los caftanes rusos eran el tipo de vestimenta exterior más difundida entre los campesinos y mercaderes.