Para el emplazamiento se eligió un cerro alargado, con el lomo plano, de tierra arcillosa, cuya utilidad agrícola era prácticamente nula: algo de maíz y dehesa para ganado vacuno.
Estas eran dobles por la parte trasera, formando un pasillo por el que circulaban los guardias del exterior.
Este tipo de barracones había sido inventado por el ejército francés durante la Primera Guerra Mundial.
No protegían del frío y pronto la tela embreada se fue deteriorando, dejando entrar el agua de la lluvia.
No existían armarios y se dormía sobre sacos llenos de paja colocados sobre el suelo.
Los reclusos, con las pocas piedras que encontraban, construían sendas para atajar malamente el problema del barro.
Debajo de este tablado estaban colocadas grandes tinas que recogían los excrementos.
Alrededor del campo se construyeron las dependencias para alojar a la administración y al cuerpo de guardia.
Los reclusos exiliados que llegaron por causa de la guerra civil española, fueron diferenciados en cuatro grupos con denominaciones francesas, aquí traducidas al español: El Gobierno francés había concebido el campo para concentrar a refugiados vascos.
En junio de 1940 solo quedaban unos 800 prisioneros y ante el avance alemán abandonaron el "Islote C", donde estaban concentrados, y emigraron en su mayoría a Sudamérica, estableciendo colonias de exiliados vascos en dichos países.
El comandante militar, antes de entregar el mando, quemó los archivos para dificultar al nuevo gobierno francés la localización y persecución de los muchos reclusos que, avisados del cambio de mando, habían huido, desapareciendo entre la población francesa que les dio cobijo.
En Baden residían unos 7500 ciudadanos alemanes de origen o religión judía; pertenecían a la clase medía, empleados principalmente en el sector de servicios como sanidad, banca y comercio, y antiguos funcionarios que habían sido apartados por pertenecer a este grupo.
Unos 700 lograron escapar y casi 2000 obtuvieron finalmente visados que les permitieron emigrar [cita requerida].
No se han obtenidos notas precisas sobre los motivos de esta deportación.
Pero lo más probable fue que el Gauleiter Bürckel quiso cumplir rápidamente y a rajatabla el deseo de Hitler de no ver más judíos alemanes en Alemania, realizando por su cuenta de modo tan criminal la consigna "Dem Führer entgegen arbeiten" (Trabajar a favor del Führer) [cita requerida].
Aquí eran internados como castigo durante un tiempo en el ilot llamado "de los represaliados".
Pero cuando se contaba con ayuda exterior, la huida, en especial a Marsella, ciudad en la que existía un eficiente servicio para facilitar la huida a España, Portugal y norte de África, financiado por organizaciones estadounidenses, tenía éxito.
Los reclusos vascos crearon una orquesta y construyeron un campo de deportes.
[15][16] Al poco de llegar los primeros vascos en 1939, el Gobierno Vasco en el exilio auxilió muy eficazmente a su gente y a partir del 20 de diciembre de 1940, varias organizaciones comenzaron a socorrer a los internados, así el Socorro Suizo, organizaciones judías francesas toleradas por el régimen de Vichy y organizaciones protestantes, como los cuáqueros, la CIMADE y la YMCA.
A pesar de encontrarse situado el campo en una zona en la que los habitantes en su gran mayoría profesan el catolicismo, ni una sola organización católica ofreció su ayuda a los recluidos.
En septiembre de 1942, la resistencia asaltó la armería del campo, llevándose el botín obtenido en un camión.
[17] Al retirarse los alemanes de la zona a causa del avance de la invasión aliada en Francia, los nuevos responsables franceses encerraron en Gurs a paisanos acusados de colaborar con los ocupantes alemanes y también a españoles que, habiendo encontrado refugio en Francia y luchado en la resistencia francesa contra la ocupación alemana, pretendían ahora entablar un conflicto armado en la frontera franco-española.
Las ciudades alemanas de Karlsruhe, Friburgo, Mannheim, Heidelberg, Pforzheim, Constanza y Weinheim costean la conservación del cementerio.