Fue fundada en el año 1614 por el canónigo racionero Miguel Bermúdez, que precisamente se hallaba en Roma en 1608, cuando Santa Francisca Romana fue canonizada.
La realización del retablo, que ocupa el testero frontal de la capilla, fue concertada en 1627 con el maestro Sebastián Vidal, mientras que las labores de policromía del retablo fueron realizadas en 1637 por Cristóbal Vela.
Ambos lienzos son anónimos y fechables en torno al año 1600.
Las restantes pinturas que componen el retablo son también anónimas y posiblemente de procedencia italiana, y demuestran su realización por parte de varios autores.
En las calles laterales del retablo se encuentran los lienzos en los que aparecen la Virgen Niña, el Ecce Homo, Jesús con los atributos de la Pasión, San Sebastián, San Juan, la Magdalena y Santa Catalina.