Sin embargo, la participación del Estado en la economía aún era significativa y muchas empresas estatales eran deficitarias.
Fuente:Garrón, Mauricio; Carlos Gustavo Machicado y Katherina Capra (octubre de 2003).
«Privatization in Bolivia: The impact on firm performance».
[cita requerida] Sobre los resultados, varios estudios demuestran que, por lo general, las empresas capitalizadas mejoraron su productividad, se ampliaron servicios —especialmente en telecomunicaciones y electricidad— y que la inversión extranjera aumentó.
Sin embargo, no se llegaron a generar los empleos esperados —se redujo personal, pero se incrementó el salario de los empleados—, los impuestos pagados por las empresas capitalizadas no lograron sustituir los ingresos que antes reportaban al gobierno.
[3] Durante el Gobierno de Evo Morales, entre 2008 y 2010, se revirtió en parte la privatización al nacionalizarse la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL) y las petroleras (Chaco y Andina, cuadro 1) para reconformar Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).