Originariamente fue un castro celtíbero, probablemente belo, situado en plena Sierra de Pardos y que permite tener contacto visual con el cercano castillo de Cubel, controlando de este modo el tránsito por la sierra entre el valle del Jiloca y la cuenca del Piedra.
Posteriormente fue reutilizado por los musulmanes como albacara a su llegada a la península con dos torres.
Se trata de una fortificación compleja, construida sobre dos montículos con sendas torres, rodeadas por una muralla[1] y un foso de origen celtíbero, como atestiguan los numerosos restos de cerámica encontrados en los alrededores.
Tiene dos torres, una de las torres[2] es de origen islámico y está construida en tapial, mientras que la otra parece ser de origen celtíbero y está construida en mampostería.
El foso a su vez tiene una anchura media de 9 metros, sin poder determinar la profundidad por el relleno producido por la erosión de los laterales.