Estuvo situado en el Ensanche Modernista, en el número 2 de la calle General Polavieja, dando también a la calle General Ordóñez y a la avenida Antonio Diez.
[1] En 1921 fue utilizado como hospital, en 1936 como cantina escolar y en 1938 empezó a ser usado como la iglesia de Santa María Micaela por las Madres Adoratrices, que tenían su convento y unos Comedores de Acción Católica.
[3][1][4] Fue construido con paredes de mampostería de piedra local y ladrillo macizo, bovedillas del mismo ladrillo para los techos, y vigas de hierro para la cubierta a dos aguas.
Su fachada principal estaba compuesta por un muro ciego en el que se abre un arco de medio punto y que está limitado por dos calles limitadas con pilastras con más altura que el resto de la fachada, a modo de torretas y similires a la zona central.
Estas tres calles estaban decoradas con esculturas exentas de la Agricultura, la Industria, la Navegación y el Comercio[1][6][7][8] realizadas por el escultor catalán José Rebarter.