Centro de interpretación de la Puerta de Almería

Con el paso del tiempo, se van creando los estratos que cubren las estructuras y los objetos derivados de la actividad humana.

En estos momentos Almería no era propiamente una ciudad, ni siquiera un núcleo de entidad.

Pensemos que salar el pescado era imprescindible para su conservación y la mejor forma para poder transportarlo a los sitios de interior.

Una vez troceado, se depositaba, alternando varias capas de pescado y sal.

Otro de los productos que se elaboraba en las fábricas de salazones (en este caso en piletas más pequeñas) era el garum, una pasta o salsa muy valorada que se hacía con las vísceras y los desechos del pescado.

Se utilizaba como condimento para todo tipo de platos, acompañando a las carnes, sopas, etc.

Era también famoso por sus propiedades medicinales: se utilizaba para abrir el apetito, como cicatrizante de heridas y demás usos curativos.

Almería se convierte en un importante enclave comercial que durante los siglos XI y XII vivirá su momento de máximo esplendor.

Mantenía relaciones comerciales con todos los puntos del Mediterráneo: exportaba fundamentalmente telas, que eran conocidas en todo el mundo, estelas funerarias labradas en mármol de Macael, esclavos, etc. Se la conocía como Puerta del Mediterráneo.

Paneles informativos de la primera sala
Paneles informativos de la primera sala
Enclave Arqueológico Puerta de Almería. Balsas de salazón
Balsas de salazón
Restos de la muralla
Restos de la torre Oeste