Club político

[a]​ En la España del siglo XIX existió la institución similar de las sociedades patrióticas, formadas durante el Trienio Liberal (1820-1823) y disueltas en la Década Ominosa (1823-1833).

Desde el reinado de Isabel II la vida social, política y cultural de la élite madrileña se centró en dos "espacios de sociabilidad" rivales: el Ateneo (fundado en 1835, con una orientación más cercana a los progresistas) y el Casino (fundado en 1836, con una orientación más cercana a los moderados); otra también importante inicialmente, el Liceo, tuvo una vida más breve (1837-1851).

[8]​ Son muy significativas las descripciones literarias que de tertulias y reuniones políticas (en cafés, teatros, salones, logias masónicas, etc., "enclaves cronotípicos" que en en varias ocasiones explícitamente denomina como "club") hizo Benito Pérez Galdós en muchas de sus obras, especialmente en los Episodios nacionales (1872-1912).

[11]​ La significación política alcanzaba a otras instituciones de la época, por mucho que fuera otra su función principal: así el Club Alpino Italiano (creado en 1868 como "turinés" y rebautizado en 1867), respuesta nacionalista al predominio británico en esa actividad (el Alpine Club se había fundado en Londres en 1857), implicó al mundo político y cultural piamontés.

Tuvieron una presencia destacada a finales del siglo XIX y comienzos del XX, destacadamente en el Tammany Hall de Nueva York, que los adoptó en la edad dorada del fraternalismo (golden age of fraternalism, de las organizaciones llamadas fraternal society o fraternity -organización fraternal o "fraternidad"-) en reacción al fuerte desafío que representaba el United Labor Party en 1886.

El salón italianizante del Reform Club .
Thomas Nast representó el Tammany Hall como un tigre que devoraba la democracia.