La Coalición contra las Bombas de Racimo,[1] en inglés The Cluster Munition Coalition (CMC), es una organización de la sociedad civil internacional, comprometida con la prohibición de las bombas de racimo, unas bombas que liberan múltiples explosivos en vuelo (desde decenas hasta centenares), diseñados para explotar al impactar en el suelo.
Como hasta un tercio de ellos no lo hacen, siguen siendo un riesgo mortal para los civiles durante años.
[2] La coalición, formada en noviembre de 2003, reúne a organizaciones de más de 100 países y ONG como Amnistía Internacional, la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersona (International Campaign to Ban Landmines - ICBL), Human Rights Watch, el Comité Internacional de la Cruz Roja[3] y la Swedish Peace and Arbitration Society (SPAS).
[5][6][7] Todas estas organizaciones comparten el objetivo común de encontrar la forma de que estas armas dejen de causar heridos y muertos entre las poblaciones civiles.
A través de sus actividades, la gente que forma la Coalición, ha seguido y ha aprendido sobre el impacto que tienen las bombas de racimo contra los civiles.