El cometa apareció de nuevo en 1992 y fue redescubierto por el astrónomo japonés Tsuruhiko Kiuchi.
Su órbita, muy elíptica, está en resonancia 1:11 con la del planeta Júpiter de tal manera que, por cada once órbitas completas del planeta gigante, el cometa cumple solo una.
Cuando el cometa alcanza el perihelio, pasa de 80 meteoros por hora hasta unos 400.
[1] Según un artículo en New Scientist la órbita del cometa podría llevarlo a impactar con la Tierra o la Luna, aunque de suceder el impacto posiblemente no tendría lugar durante los próximos dos milenios.
[4] Como el mayor objeto del sistema solar que realiza pases repetidos a la Tierra, y con una relativa velocidad de 60 km/s,[5][6] liberaria una explosión ≈27 veces más fuerte que del Cometa del Cretáceo–Paleógeno,[7] El cometa Swift–Tuttle ha sido descrito como "el objeto más peligroso conocido por la humanidad".