En 1940, y tras la campaña periodística de Hugo Fernández Artucio que denunciaba la penetración nazi en Uruguay, el espectro político uruguayo tomó o fue obligado a tomar partido por la fuerza de los acontecimientos.
Este último hecho se avenía perfectamente a la dicotomía de la causa bélica que los Aliados habían acuñado: Democracia o Fascismo.
La "exigencia democratizadora" impuso limar las aristas del régimen anterior y preparar el retorno a la democracia plena, ausente desde marzo de 1933.
El Consejo de Estado de 16 miembros, que lo sustituyó, contó entre otros integrantes, a Juan José de Amézaga, José Serrato, Pedro Cosio, Víctor Sudriers, Alfredo Campos, César Batlle Pacheco, Tomás Berreta, Ricardo Cosio, Juan Pedro Fabini y Andrés Martínez Trueba.
El Consejo de Estado se disolvería poco después, siendo sustituido por el parlamento recientemente electo.