El apuntador, en el teatro, la revista y la ópera es la persona que asiste u orienta a los actores cuando han olvidado su texto o no se mueven correctamente sobre el escenario.
Por el proceso de desaparición que parece vivir este oficio, cabe mencionar los nombres de algunos grandes apuntadores, que en España, por ejemplo, han sido: Concepción Aranda, Vicente Flores, Francisco Hilera, Justa Mitjana, Dulce María Salo, Rafael Jorque, los Sales -padre e hijo-, Castells, Fernando Perrucho, Vicente Novella, Manolo Yáñez y Vicente Triguero, entre otros muchos.
Tanto en la ópera como en el teatro, el máximo terror de un apuntador es el "capocómico" y en especial las divas.
La famosa soprano se inclinó hacia delante en una reverencia ante la caja del apuntador y en un susurro entre dientes que no podía escuchar el público de las primeras filas, dio a su colega encajonado (el apuntador) la orden italiana «¡¡forte del più!
[cita requerida] Una popular expresión ridiculizando la exageración de las tragedias, en un principio en el teatro y luego en el cine, es la que dice: "aquí muere hasta el apuntador".