[2] En 1621 fray Jerónimo de la Resurrección comisionó a fray Cristóbal de Porras, con dos religiosos más, para que fundase un convento recoleto en Sevilla.
Esto recibió la aprobación del arzobispo Luis Fernández de Córdoba.
Cuando el agua llegó a los pies del Niño Jesús el cuadro se descolgó de la pared y un viento descolgó la lámpara, que cayó al agua.
A petición de los vecinos, la iglesia fue abierta al culto en 1811.
El edificio fue desamortizado en 1835 y convertido en cárcel en 1837, para sustituir al antiguo presidio de la calle Sierpes.