Crítica de la filosofía del derecho de Hegel

Cabe destacar que, como todo filósofo moderno, Marx desconfía abiertamente de la religión.

Marx considera que la religión, ese “reflejo sagrado del valle de lágrimas”[1]​ (valle al cual está temporalmente confinada la consciencia del hombre), aleja a los pueblos de sí mismos, los enajena, disipando así su potencial revolucionario.

Luchar contra el statu quo alemán es luchar contra todo lo premoderno que aún existía en Europa (y en otras regiones quizás más acentuado, como en Rusia y demás países eslavos, por ejemplo).

Por aquel entonces (mediados del siglo XIX), todo lo referente al Antiguo Régimen (en francés: l'ancien régime) era amenazador para el Estado moderno, es por eso que Marx aprovecha este hecho para que los pueblos europeos modernos tomen conciencia y se interesen por el combate a estas forma arcaica de sociedad.

Ahora bien, el binomio burgués-proletario no se encuentra claramente demarcado, dado que la burguesía está la lucha con la burocracia estatal alemana que a su vez choca con el clero y la nobleza aún latentes.

Introducción a la Crítica a la filosofía del derecho de Hegel (1844)