José I de Portugal

Su esposa, Mariana Victoria, era una amante de la música y la caza, pero fue siempre una mujer seria, a la que no le gustaban los asuntos políticos que atañían al rey, y no tuvo complejos en manifestar este desagrado en público.

El matrimonio tuvo cuatro hijas: José I era un devoto católico y le apasionaba la ópera.

A continuación, José I implementó una serie de medidas económicas que han sido descritas como dirigistas.

[1]​ Más de 100.000 personas perdieron la vida por culpa del terremoto y el consecuente tsunami.

El terremoto hizo además que José I desarrollara una fuerte claustrofobia y ya no se sintió cómodo viviendo entre cuatro paredes.

Estatua de José en la plaza del Comercio, Lisboa.