A los ocho años, ya sabría lo que es el mundo del cine interviniendo de extra en una película.
De vuelta al país, encuentra varios trabajos mientras se internta hacer un hueco como escritor.
Zanuck consigue vender su primer guion al actor William Russell en 1922 y el segundo a Irving Thalberg.
Así y bajo su tutela, llegaron éxitos como La marca del zorro (1940), ¡Qué verde era mi valle!
Pero se sintió frustrado al ser destinado a los Estudios Astoria en Queens, Nueva York y, lo que era peor, al servir junto al hijo mimado del fundador de Universal, Carl Laemmle Jr., que cada mañana era conducido en limusina a las instalaciones desde un lujoso hotel de Manhattan.
Zanuck, todo un showman, envió a su esposa en Santa Monica un paquete de «arena ocupada por los nazis», escribiéndole «Acabo de nadar en una playa enemiga» - sin permiso, por supuesto, para decirle dónde había estado, y mucho menos que habían estado bajo fuego nazi y ayudado a los heridos a volver al barco.
La película, estrenada como En el frente con Zanuck como productor, fue mal recibida en Estados Unidos, tildada de amateur, aburrida e incluso carente de realismo, lo que provocó que el afrentado Zanuck replicara en The New York Times que había resistido la tentación de escenificar los acontecimientos para conseguir una película más convincente.
Es por ello que Zanuck promocionó el sistema Cinemascope intentado dar al público una nueva experiencia visual.
Durante la década de los 50, se retira del estudio para concentrarse en producciones independientes en Europa.
Zanuck consiguió 3 Oscars como productor y tres 3 galardones en memoria de Irving G. Thalberg por su aportación al mundo del cine.
20th Century Fox, el estudio que cofundó y dirigió con éxito durante tantos años proyecta películas en su Darryl F. Zanuck Theater.