Iglesia construida en el siglo XX en un entorno natural, su nave principal es rectangular con muros enfoscados pintados y cubierta a dos aguas.
En la cabecera, anexos a la nave principal, están el ábside y dos capillas laterales, todas ellas rectangulares.
Se trata, por tanto, de la llamada casa coruñesa, que forma un bloque compacto y cerrado.
En este caso, en la fachada principal, se añadió al frente un volumen de menor tamaño, un pequeño alpendre, que rompe con su rigor cúbico.
A esta se añadió, en las fachadas principal y posterior, dos alpendres cerrados.
Unas cuadras para caballos, exentas y perpendiculares al edificio configuran la era (espacio rectangular amplio).