Donativum

Durante el siglo II y III, esta forma de soborno se convirtió en un elemento clave para cualquier gobernante exitoso en Roma.

Las cohortes estacionadas en Roma eran difíciles de satisfacer y con frecuencia, se cometían asesinatos.

El emperador Augusto dejó una cantidad sustancial a la Guardia Pretoriana en su testamento, pero no fue hasta el reinado de Tiberio que los regalos monetarios se hicieron obligatorios.

La Guardia Pretoriana recibió tales regalos por hacer la vista gorda cuando Sejano, su prefecto cayó en desgracia.

El inevitable resultado fue que los pretorianos sacaran a subasta el Imperio y se lo acabara quedando Didio Juliano en el año 193.