Betti Alver

[2]​ Comenzó escribiendo en prosa, pero se dio a conocer por ser miembro de la Arbujad, un pequeño grupo de influyentes poetas estonios como Bernard Kangro, Uku Masing, Kersti Merilaas, Mart Raud, August Sang, Heiti Talvik y Paul Viiding.

Después de la guerra, su esposo Heiti Talvik fue encarcelado por los soviéticos y murió en Siberia.

[3]​ Por dos o tres décadas mantuvo silencio como poeta en protesta por el gobierno soviético, pero renovó su actividad en la década de 1960.

También escribió novelas y realizó trabajos de traducción.

[4]​ En el centenario de su nacimiento le fue dedicado un museo en Jõgeva.