En diciembre de 1848 huyeron hacia el norte del país viajando en tren y barco hasta Filadelfia.
Ellen traspasó los límites de raza, clase, género y la capacidad física al hacerse pasar por un plantador blanco.
Su atrevida huida fue ampliamente difundida, por lo que se convirtieron en los esclavos fugitivos más famosos de la época.
Su piel era muy clara y se parecía a sus hermanastros blancos, que eran los hijos legítimos de su esclavizador.
[1][2] Ellen creció como sirvienta de Eliza, lo que le proporcionó un acceso privilegiado a la información sobre la zona.
Sus hijos fueron Charles Estlin Phillips (1852-1938), William Ivens (1855-1926), Brougham H. (1857-1920), Ellen A. Craft (1863-1917) y Alfred G. (1871-1939), todos nacidos en Inglaterra.
[4] Ellen tenía previsto aprovechar su apariencia para hacerse pasar como blanca mientras la pareja viajaba en tren y barco hacia el norte.
[5] También fingió una enfermedad para limitar las conversaciones, ya que al estar esclavizada se le había impedido aprender a leer y escribir bajo pena de muerte.
[6] Finalmente, gracias a la simpatía de los pasajeros y del conductor, les dejaron subir al tren.
[1] Durante los dos años siguientes los Crafts hicieron numerosas apariciones públicas para contar su escapada y denunciar la esclavitud.
A los comisionados designados para escuchar tales casos se les pagaba más si dictaminaban la esclavitud de esa persona.
Willis H. Hughes y John Knight viajaron al norte desde Macon con la intención de capturar a la pareja.
Sus miembros protegieron a los Crafts y los instalaron en varias "casas seguras" (como la Tappan-Philbrick en la cercana ciudad de Brookline) hasta que pudieron salir del país.
La abolicionista Lydia Neal Dennett, organizó sus pasajes en el primer barco de vapor que zarpaba hacía Inglaterra.
[16] En 1852, cuando ya sabía leer y escribir, Ellen Craft publicó un texto que fue ampliamente difundido en la prensa abolicionista, tanto en el Reino Unido como en los EE.
En él decía: Escribo estas pocas líneas simplemente para decir que la afirmación es completamente infundada, pues nunca he tenido la menor inclinación de volver a ser esclava; y Dios no quiera que yo sea tan traidora con la libertad como para preferir la esclavitud en su lugar.
Desconociendo sus antecedentes, discutió con él la situación en Jamaica y cuando otros comensales le señalaron con quién estaba sentada, criticó sutilmente su decisión de ejecutar al político jamaicano George William Gordon por su supuesta participación en la rebelión: ¿No cree usted mismo, señor, que el pobre Gordon fue ejecutado injustamente?
En otro encuentro con el abogado estadounidense Charles F. Brown (también conocido como Artemius Ward), quien era famoso por sus descripciones racistas de los afroamericanos.
Allí fundaron tres años después la Woodville Co-operative Farm School para la educación y el empleo de libertos.
[4] Su fuga, particularmente los diferentes disfraces, apariencias e identidades con los que Ellen jugó, mostraban la naturaleza entrelazada de raza, género y clase.
[21] Dado que pasó un periodo de diez años, en el cual William relataba su huida, pudieron responder a las reacciones del público ante Ellen en persona y escuchar sus acciones.