Ante un embarazo no deseado y atendiendo a los principios de salud reproductiva de la OMS, la mujer puede continuar con la gestación y llevar a término el embarazo o, si la legislación vigente del país o territorio lo contempla, practicar un aborto inducido, ya sea mediante un aborto con medicamentos o un aborto quirúrgico, dependiendo del periodo de gestación y siempre con la asistencia sanitaria adecuada.
[4] El riesgo de embarazo no deseado es evidente cuando no se utilizan métodos anticonceptivos en las relaciones coitales o se utilizan inadecuadamente.
Sin embargo, el atraso menstrual no siempre está relacionado con un embarazo, ya que factores como el estrés, cambios hormonales o alteraciones en la salud pueden influir en la regularidad del ciclo.
[14] Contar con información clara sobre las posibles causas de un retraso menstrual y las opciones disponibles ante un embarazo no planificado es fundamental para la toma de decisiones informadas.
[15] Estos embarazos no deseados provocaron alrededor de 700.000 muertes por mortalidad materna (aproximadamente una quinta parte de la mortalidad materna durante ese período).