Primero se dedicó como pintor al retrato en miniatura.
Aparece con su hijo en Málaga el 9 de marzo de 1853, cuando un periódico anuncia sus “Retratos fotográficos a 20 reales y más según sus tamaños, por Mr.
Durante este lapso viaja también a diversas ciudades españolas (Barcelona, etc.) para hacer daguerrotipos dejando el taller en manos de su hijo Eugenio Lorichon Morelle.
En 1857 se produce en la ciudad la revolución del estereóscopo o fotografía estereoscópica y Lorichon amplia su repertorio a fotografías en “… papel, marfil, hule, lienzo, cristal, plancha metálica, y estereóscopo”.
En 1860 Enrique viaja a Murcia y en 1861 se le encuentra en Santander, en ambas ciudades asociado con Planchard; se desconoce su destino ulterior, aunque sí se sabe que la viuda de Eugenio, Joaquina Mayol Bazo (o Madama Lorichon), continuó con el taller de Málaga cinco años antes de traspasarlo a otro fotógrafo francés en enero de 1865, Edmundo Mulchor, quien, al año siguiente, lo traspasó a su vez al malagueño Joaquín Sánchez.