Las obras se financiaban con donativos en dinero o especie para el mantenimiento de la ermita.
Orientada hacia el noreste, tiene cubierta a cuatro aguas, planta rectangular y ábside trapezoidal.
Está bien adaptada al relieve del terreno con una escalera por la que se accede a la fachada.
En el interior se puede apreciar la bóveda de madera en arco escarzano.
Antiguamente los agricultores encendían velas como súplica contra las malas tormentas que perjudicaban las cosechas.