La estación de Gerona entró en servicio con la apertura al público de la Línea IV del Metro de Barcelona.
Inicialmente esta línea constaba de dos tramos: uno que venía funcionando como parte de la Línea III, entre las estaciones de Aragón (actual Paseo de Gracia) y Jaime I, y otro de nueva creación, de Aragón a Plaza Joanich, donde se incluía esta parada.
La comitiva inauguró en la estación un relieve escultórico de cerámica, obra del artista Ángel Orensanz, inspirado en el paisaje del Ampurdán.
[1] En 1982 la estación tradujo su nombre solo al catalán y fue renombrada como Girona, al tiempo que la Línea IV adoptó la numeración arábiga y pasó a llamarse Línea 4.
En 2008 se llevaron a cabo obras para adaptar los accesos a las personas de movilidad reducida, incluyendo la instalación de tres ascensores: uno para comunicar la calle con el vestíbulo de la estación, y dos más para conectar el vestíbulo con cada andén.