Junto con el Tapiz románico de la Creación constituye un ejemplar único dentro del sector erudito del bordado europeo anterior al siglo XIII.
Es un cuadrado rodeado por una orla o cenefa con un tema vegetal que consiste en un tallo ondulante del que nacen hojas carnosas.
En el centro del cuadrado y ocupando casi todo el espacio está bordada la figura del Salvador en porte de majestad, rodeado de la tradicional mandorla ovalada.
En las cuatro esquinas o enjutas que quedan libres entre la mandorla y el recuadro de la cenefa se ven las figuras del tetramorfos, como es habitual en esta representación románica de Cristo en Majestad.
Todo el estandarte está trabajado sobre tela de lino y los bordados están hechos con sedas de colores; los macizados son a punto de cadeneta y los detalles se perfilan con cordoncillo.