Su trayectoria es una de los más extrañas habidas en el atletismo en los últimos años.
Pese a todo nadie contaba con ella para ganar el oro en los 400 m vallas de los Juegos Olímpicos de Atenas, donde los pronósticos apuntaban a la rusa Pechonkina, la australiana Pittman o la rumana Ionela Tirlea como grandes favoritas.
Sin embargo Fani Halkia sorprendió ya desde la primera eliminatoria, donde hizo su mejor marca personal con 53,85 segundos.
En la final, disputada tres días después no tuvo rival alguna y venció con 52,82s con más de medio segundo de ventaja sobre la 2.ª clasificada, la rumana Ionela Tirlea-Manolache.
En los Juegos Olímpicos de Pekín dio positivo en un control antidopaje por Esteroides.