La fiesta, que se celebra desde el siglo XIV (1317),[1] hace coincidencia con el fin de semana del Corpus Christi.
La tradición cuenta que los judíos que habitaban en la villa de Allariz solían expresar su rechazo de la procesión del Santísimo en la festividad del Corpus con burlas y risas, las cuales añadían gritos e insultos contra los cristianos.
Para finalizar con esa falta de respeto, un tal Xan de Arzúa, noble alaricano religioso, montó a lomos de un buey y cargó contra los judíos, a la vez que sus criados los agitaban echándoles por encima ceniza y hormigas que llevaban en unos sacos, consiguiendo, así, que los judíos presenciaran reverentemente la procesión.
El domingo se realiza el «maratón do Boi» en el que los 3 diferentes Bois salen por las calles a mediodía y dos horas por la tarde.
Cuando los bueyes cumplen cinco años son sacrificados para el consumo de su carne, parte destinada a la comercialización y parte de la misma se prepara en una cena popular en Allariz.