[5] Originalmente, Nikolayev propuso un edificio lacónico de estilo clásico, si bien los futuros inquilinos (la junta de mercaderes) deseaban contar con un edificio «con propiedades mercantiles».
El espacio interior más notable del edificio es el gran salón de baile, con capacidad para 1300 personas, que destaca por sus columnas corintias realizadas en mármol blanco.
[6] Conocido por este motivo como Sala de las Columnas, contaba en su día con una entrada independiente.
El edificio, construido en tiempo récord para la época, se ubicada en una zona verde y pintoresca conocida como Jardines del Zar (diseñados por Francesco Bartolomeo Rastrelli más de un siglo antes),[3] en las elevaciones que constituyen las orillas del Dniéper, paralelo a la Bajada de San Volodymyr, que se convertiría en ese momento en el Jardín de los Comerciantes.
[7] Entre los eventos destacaban las actuaciones musicales, haciéndose cada vez más célebre la excelente acústica de las salas del edificio.
Tras la Revolución rusa, el nombre del edificio y sus propósitos, conforme las instituciones que albergaba, cambiarían en varias ocasiones.
Primero pasó a denominarse Casa Proletaria del Arte, luego Casa de Educación Política y finalmente Club Bolchevique y Palacio Republicano de los Pioneros.
Solo unos años después de la caída del comunismo, en 1995, se procedió a su restauración, y un año más tarde volvió a abrir sus puertas al público.