Fokker G.I

Aunque en producción antes de la Segunda Guerra Mundial, su introducción en combate se produjo en un momento en que los Países Bajos fueron superados por los alemanes.

Algunos fueron capturados intactos después de que los alemanes hubieron ocupado los Países Bajos.

El diseño y la construcción del prototipo (registrado como X-2) se completó en solo siete meses.

Durante las pruebas, la compañía recibió un pedido del gobierno republicano español por 26 ejemplares G.I con motores Pratt & Whitney.

Para hacer las cosas más complejas, Finlandia mostró un gran interés en el G.I, aunque finalmente se decantó por los bombarderos ligeros Bristol Blenheim.

Varias fuerzas aéreas extranjeras mostraron interés en el G.I como caza o como bombardero en picado.

Aunque las fuerzas aéreas de Bélgica, Finlandia, Turquía, Suiza y Hungría (el consorcio Manfred Weiss solicitó una licencia de producción) mostraron gran interés, pero, no realizaron pedidos en firme.

Solo los primeros cuatro ejemplares se construyeron como triplazas para el ataque a tierra, siendo el resto completados como cazas biplazas.

Aunque los informes son fragmentarios e inexactos en cuanto a los resultados, los G.I se emplearon en Róterdam y La Haya, contribuyendo a la pérdida de 167 Ju 52 y anotando hasta 14 derribos confirmados.

Esta se pudo encontrar en el Museo de la Fuerza Aérea Holandesa en Soesterberg hasta 2013.

Caza pesado Fokker G.I