Francisco, resolvió escalar la cárcel, romper las prisiones y consiguió darle la libertad.
Fue novicio en el Convento del Carmen de Alcalá de Henares, de dónde el padre prior de Alcalá, habiendo dado cuenta al padre provincial, y con orden suya, le llamó una noche muy a deshora, y haciéndole poner su vestido secular, le quitó el hábito y despidió del convento.
Está enterrado en el altar mayor del convento de Santa Ana.
Su figura, también, ha sido tratada, entre otros, por el miembro de la Real Academia de la Historia, Balbino Velasco Bayón, y por el historiador y escritor carmelita, Florencio del Niño Jesús.
En la Biblioteca Nacional de España hay un manuscrito que narra su paso por Francia,[5] en el año 1643.