Pese a lo relativamente poco extenso del territorio que abarca tiene una variada flora y fauna autóctona así como peculiaridades históricas que le dan un importante valor intrínseco y le dotan de atractivos ecoturísticos.
Los ambientes representados son típicos de la transición entre las ecorregiones del Espinal y Pampeana.
Los sectores bajos, habitualmente cubiertos por el agua, prácticamente se han conservado sin grandes alteraciones.
Se distinguen tres ambientes:[4] La fauna es variada, si bien la observación directa puede estar dificultada por las condiciones del terreno.
[3] La reserva presenta 8 endemismos entre las especies de aves registradas: garza amarilla (Syrigma sibilatrix), halcón plomizo (Falco femoralis), lechucita vizcachera (Speotyto cunicularia), tachurí canela (Polystictus pectoralis), golondrina cabeza rojiza (Alopochelidon fucata), cachirla de uña corta (Anthus furcatus), el ya mencionado capuchino garganta café (Sporophila ruficollis) y el verdón (Embernagra platensis).