El libro estuvo nominado para Premio Nébula a la mejor novela en el año 2005.
Con cierta renuencia, Húmedo asume las tareas de su cargo, y su capacidad de manejar a la gente, logra primero poner a la gente del correo de su lado, y lentamente, a toda la ciudad.
Desde este puesto introduce el concepto de sello postal.
Para esto cuenta con la ayuda de los dos extraños empleados del Correo, el anciano Ardite, y el joven Stanley.
Al poco, el correo está funcionando tan bien que compite a la par de la compañía de clacks Gran Tronco, a cuyo presidente Húmedo rápidamente reconoce como otro estafador, comenzando un duelo por ver quién se queda con el control de las comunicaciones en la ciudad.