Si bien todas en conjunto muestran importantes similitudes, también cada una tiene especiales características que las diferencian de las demás.
La catedral de Zamora se edificó en la década central del siglo XII, iniciándose en 1151 y consagrándose en 1174.
Cuatro torres angulares apuntalan su estructura, al igual que lo hacen otros tantos frontones rematados en elevados triángulos entre cada una de ellas.
Columnas, arquillos ciegos, capiteles y escamas en su cubrición, forman un todo especial e inolvidable.
En ella había aposentos que en ocasiones sirvieron de asilo a rebeldes y desleales al rey.