Esta estrategia la realiza con el fin de camuflarse, ya que es muy lento de movimientos, al contar con aletas minúsculas, y no posee aparentemente ninguna defensa frente a predadores.
Se ha estudiado la biofluorescencia para el caballito de mar Hippocampus reidi, tanto en la naturaleza como en el cautiverio.
Existen diferencias individuales con la iluminación del cuerpo, los patrones de color y la edad a la que se produce la fluorescencia.
Habitan las praderas de posidonia y comunidades algares próximas a fondos rocosos.
Tragan enteras a sus presas al no disponer de dientes, y se ven obligados a consumir grandes cantidades de comida para compensar su rápida e ineficiente digestión, al no poseer estómago.