Al cumplir los 30 años viaja a América para establecerse en Costa Rica en 1887.
Vuelve a Venezuela en 1917 llamado por el gobierno para fundar una Estación Experimental por los lados de Cotiza en Caracas proyecto que no tiene éxito.
Durante estos años hasta el momento de su muerte Pittier es incansable en su profunda labor de crear y hace funcionar las instituciones del estado y privadas que estuvieron a su cargo.
En este sentido hay que resaltar la misión acometida en el Museo Comercial de Venezuela institución la cual funda y a la cual estará adscrita el Herbario Nacional, hoy Instituto Botánico.
Dedicó años de estudio a la Flora y la Fauna del País, contribuyendo al aumento de 2.000 a 12.000 las fichas catalogadas en el Herbario Nacional, actualmente llamado Instituto Botánico.
La primera familia de Pittier la formó en Lausanne y se quedó en Europa.
Su esposa se quedó en Costa Rica, pero permitió que con él viajaran sus tres hijos.