Hesicasmo

[1]​ Divulgada por Evagrio Póntico en el siglo IV d. C., es una tradición inicialmente eremítica de plegaria que se mantiene dentro del rito bizantino practicada para ἡσυχάζω/ hesykazo ("mantener la quietud") por los monjes hesicastas ( en griego: Ἡσυχαστής/ hesykastes).

Su espiritualidad tuvo gran influencia en la teología ortodoxa, impregándola hasta nuestros días con la mística del corazón.

Entre sus seguidores destacó Nicéforo, que ideó un «método físico» para alcanzar más fácilmente un estado de contemplación, explicado en su libro Sobre la sobriedad y la guarda del corazón.

[1]​ Pese a lo aparentemente anodino de tal praxis, el hesicasmo provocó importantes conflictos en el ya desfalleciente Imperio bizantino del siglo XIV al quedar divididas a su favor o en su contra (por el quietismo implicado en el hesicasmo) las principales autoridades religiosas cristianas de tal imperio, esto por aproximadamente una década (ca.

Con todo, en dos ocasiones un concilio aprobó como ortodoxa la defensa que Gregorio Palamás hacía del hesicasmo, primero en 1341 y después en 1351.